CCOO considera un éxito el
seguimiento de la huelga general del 29 de marzo y de las 111 manifestaciones
convocadas en todo el país contra la reforma laboral más brutal de la
democracia, que supone la demolición de los derechos de trabajadores y
trabajadoras. Pese a la extorsión y amenazas, encubiertas de despido, por parte
de algunos empresarios y a los abusivos servicios mínimos impuestos en nueve comunidades
autónomas, la casi nula actividad de los turnos de noche (que llegó a ser del
100% en grandes empresas como Sidenor, Mercedes, Petronor, Michelin, Rottemberger,
Negarra, Pepsico, Tubacex, Tubos Reunidos, Productos Tubulares, Alstom, Bombardier,
Vicrila, Alfa, Cie Automotive, Cofrusa, Juver...) auguraban el éxito de una
huelga que arrancó con fuerza. A primeras horas del jueves se detuvo la
actividad especialmente en la industria metalúrgica, farmacéutica, naval,
automoción, química, la limpieza y recogida de basuras, el transporte, correos,
la construcción, mercados de abastecimiento y centros de distribución; mientras
que los diarios no llegaron a los quioscos y los informativos de televisiones y
radios redujeron sus espacios. Un indicador más del impacto de la huelga fue la
caída de la demanda energética, que descendió de forma constante hasta un 25%
respecto a lo consumido el jueves anterior a la huelga, y todo ello pese a las
“indicaciones” dadas por algunos empresarios y ayuntamientos para que se dejaran
las luces encendidas, con objeto de dar una imagen de “normalidad”.
En general, la huelga discurrió
con ausencia de conflictos destacables, en un ejercicio de civismo y madurez. Son
millones los protagonistas de la huelga que han levantado su voz contra la
reforma laboral. Ahora el Gobierno debe rectificar y abrir una negociación. Si
el Gobierno insiste en una reforma suicida, habrá conflicto social y se
prolongará todo lo que sea necesario”
La huelga general del 29M ha sido
un éxito de participación incuestionable y un éxito democrático de los trabajadores,
que no se han dejado amedrentar por el miedo ni las coacciones. Pese al
chantaje, amenazas e intentos de empresarios y sectores próximos al Gobierno
para deslegitimar la jornada de paro (el propio ministro de Economía
cuestionaba el derecho constitucional de huelga), casi el 80% de la población
asalariada del país (el 97% en la industria, los transportes y la construcción
y el 57% en la Administración Pública) respaldó la convocatoria de CCOO y UGT y
ejerció su derecho a la huelga contra la reforma laboral que abarata el despido
y recorta los derechos laborales. Un éxito de participación que ha sido
refrendado por los millones de personas que acudieron a las impresionantes
manifestaciones celebradas en todo el país.
Una jornada intensa y pacífica
que sólo se vio alterada por los servicios mínimos abusivos y el desmesurado
despliegue policial en las calles; así como por las cargas contra los piquetes (como
la registrada en las cocheras de los autobuses urbanos, con un amplio e intimidatorio
despliegue de policía a caballo); o por el incidente ocurrido en Torrelavega (Cantabria)
donde una trabajadora afiliada a CCOO fue agredida con un cuchillo por el
empresario de un restaurante, cuando intentaba desarrollar su función como
piquete informativo.
Como denunció el secretario de
Organización de CCOO, Antonio del Campo, “el Gobierno ha intentado convertir la
huelga en una cuestión de orden público, para intimidar a los trabajadores para
que no hicieran huelga”.
El 29M se ha puesto de manifiesto
que la regresiva reforma laboral impuesta por el Gobierno de Rajoy cuenta con
la reprobación de buena parte de la ciudadanía de este país. Los trabajadores han
dicho alto y claro que no están dispuestos a aceptar más recortes de derechos
laborales y sociales. También han exigido la retirada de una reforma laboral
que se ha convertido en el mayor ataque, sin precedentes, a los derechos
laborales y al Estado social.
“El Gobierno, como ha advertido
el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, no debería empecinarse
en el agravamiento del conflicto social y atender a este último aviso de la
ciudadanía”.
“La huelga es una oportunidad a
la negociación, y si no es así habrá un conflicto social creciente hasta que se
rectifique sustancialmente la reforma laboral”. En este sentido, CCOO y UGT
fijarán un calendario creciente de movilizaciones hasta el 1 de mayo, a la espera
de que se modifique la reforma. Los sindicatos están dispuestos a seguir luchando.
“Tenemos propuestas y alternativas, y esperamos que la participación masiva en
la huelga y manifestaciones sea la señal que el Gobierno estaba esperando para
abrir el diálogo y convertir la huelga en una oportunidad”, dijo Toxo.
Además, el secretario general de
CCOO ha insistido en que no vale la excusa de Bruselas para realizar reformas
en España, ya que los márgenes de maniobra existen. En todo caso, CCOO y UGT
han anunciado que, con el impulso de la huelga, en los próximos días se
dirigirán por tercera vez, al presidente del Gobierno, a los grupos
parlamentarios y a las organizaciones empresariales para buscar un gran consenso
que permita relanzar la actividad económica y reducir las elevadas tasas de
paro”.
También pedirán al Defensor del
Pueblo que presente un recurso contra la reforma; presentarán una queja ante la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) por vulneración de derechos y
pedirán al presidente del Congreso que acelere la Iniciativa Legislativa Popular
(ILP) que presentaron en su día los sindicatos, con el aval de más de un millón
de firmas, y con una propuesta alternativa para potenciar la creación de
empleo.
CCOO agradece a todos los trabajadores
y trabajadoras la masiva participación que se ha registrado en la huelga general,
así como en las manifestaciones que han recorrido las principales ciudades del
país, y que se han convertido en un clamor contra la reforma laboral
El broche final a la jornada de
huelga general lo pusieron las 111 manifestaciones celebradas en las
principales ciudades españolas, en las que participaron más de cuatro millones
de millones de personas. Por Comunidades Autónomas, las manifestaciones celebradas
en Andalucía registraron una participaron de 360.000 personas; en Aragón
200.000; Asturias 100.000; Cantabria 35.000; Castilla y León 208.500; Castilla
La Mancha 60.000; Cataluña
1.000.000; País Vasco 60.000;
Extremadura25.000; Galicia 295.000; Baleares 74.000; Canarias 160.000; Madrid 900.000;
Murcia 110.000; Valencia 400.000; La Rioja 25.000; Ceuta 300; Melilla 1.000 y
en Navarra unas 20.000 personas.
En medio de un ambiente festivo y
altamente reivindicativo, antes de arrancar las manifestaciones cientos de miles
de personas ya abarrotaban las calles y aledaños por donde tendrían que
transcurrir las marchas convocadas en todo el país por CCOO y UGT contra una
reforma laboral inaceptable; lo que hizo que fuera prácticamente imposible avanzar.
Bajo el lema ‘Quieren acabar con
todo”, la impresionante manifestación de Madrid, que tardó casi tres horas en
hacer su recorrido, estuvo encabezada por los secretarios generales de CCOO y
UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, quienes a su llegada a una
abarrotada Puerta del Sol mostraron su satisfacción por el éxito indudablede
convocatoria
“Hoy se ha echado a la calle un
río democrático de personas que defienden sus derechos y el modelo social que
tanto trabajo y esfuerzo ha costado a este país”, subrayó el secretario general
de CCOO en su intervención. En este sentido recordó que “el Gobierno ha hecho
inevitable esta huelga general –advirtió Toxo– cuyo éxito no se puede disimular
agitando el espantajo de que no ha participado nadie”. EL éxito de la huelga y las
multitudinarias manifestaciones del 29M demuestran que “la estrategia del miedo
ha fracasado”. “Esta huelga la vamos a ganar, esta huelga, como todas las
movilizaciones, va a dar su fruto. España necesita de otras medidas, de otras
políticas”, aseguró Toxo ,tras insistir en que la reforma lesiva y desequilibrada
puesta en marcha por el Gobierno que sólo va a servir para deteriorar nuestro
mercado laboral.
El secretario general de CCOO
finalizó su intervención subrayando que “ésta no es la estación final de nada”.
Depende de lo que haga el Gobierno, depende de las decisiones que tome en los
próximos días. “Si no cambia e insiste en una reforma suicida, habrá conflicto
ascendente y se prolongará todo lo que sea necesario” concluyó Toxo.
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