lunes, 13 de octubre de 2014

Alarmas Call Center

KONE: LA SALUD Y LA SEGURIDAD ES  LO  PRIMERO, AUNQUE DENTRO DE UN ORDEN.

Hace más de un año, el 30 de septiembre de 2013, presentamos escrito a la dirección  solicitando una EVALUACIÓN DE RIESGOS para los diferentes puestos de trabajo, pero la empresa entendió que la documentación que había elaborado era “suficiente para cumplir con los requisitos legales”.

Tal como consta en el acta de 9 de octubre de 2013 de la reunión del Comité de Seguridad Dirección Centro –Central celebrada en esta fecha, los delegados de CCOO de Madrid, efectuamos declaraciones de parte, en las que insistíamos en nuestra solicitud de que se efectuaran por parte de la empresa “las evaluaciones de puestos de trabajo correspondientes a la plantilla de KONE Madrid” e hicimos constar específicamente que:

 “Se hace mención especial al Call Center debido al intenso sonido ocasionado por el reseteo de las alarmas. Se solicita a la empresa que efectúe las mediciones correspondientes, debido a las quejas de los trabajadores de este departamento que, como consecuencia de dicho sonido se ven obligados a dejar de emplear los cascos, provocándoles esto dolencias cervicales”.

La respuesta de la empresa consistió en entregarnos, en el primer trimestre de 2014, una evaluación de riesgos COMÚN PARA PERSONAL DE OFICINAS, TELEOPERADORES Y  COMERCIALES. Es lo que los responsables de seguridad llaman: “Evaluación de riesgos en oficinas y desplazamiento”, donde se recoge como única medida preventiva para el ruido que producen los teléfonos: “moderar el ruido de los teléfonos fijos y móviles”. El único problema que tienen los compañeros del Call Center si “moderan el ruido del reseteo de las alarmas” es que no oyen si hay alguien encerrado… algo que hemos explicado decenas de veces a los responsables de seguridad y salud de KONE.

Seis meses después, en la reunión del Comité de Seguridad Dirección Centro – Central de 5 de febrero de 2014, insistimos: es necesario una evaluación de riesgos especialmente para el call center y una medición de los ruidos que se ocasionan con el reseteo de las alarmas.

La respuesta, tal como consta en el acta de esta reunión (que es pública y está a disposición de los trabajadores) es: “Con respecto a los ruidos de las alarmas, (…)  van a pasar una circular mediante la cual informará al personal de KC3 como configurar el volumen de entrada, aunque no se garantiza que el pitido se quite además de que no es posible configurar el volumen hasta que el aviso no entra y ya entonces no se evita el pitido. Esta medida sólo consiste en bajar el volumen cuando entra y luego volverlo a subir, pero las personas que trabajan allí dicen que es imposible estar subiendo y bajando el volumen cuando entran muchas llamadas. Se estudia que se seguirá estudiando porque la solución aportada no es suficiente”.

El siguiente paso en “el estudio” sobre este tema por parte de KONE  es que se nos proporciona copia de dos emails de uno de los responsables del Servicio de Prevención (que ni siquiera se dirige a  nosotros):
-       El primero, con fecha de 30 de abril,  en el que se recogen comentarios de algunos compañeros (no todos) que, a nuestro juicio, evidencian la necesidad de buscar una solución inmediata.
-       El segundo, con fecha 19 de mayo de 2014, en el que se indica –además de otras cuestiones-  que “no hay medición del ruido”, que  “no hay posibilidad de actuar sobre las fuentes emisoras

El 18 de junio de 2014 entregamos un nuevo escrito a la directora de RRHH en el que efectuamos una descripción de la situación que se mantiene en el Call center y manifestamos que: “por todo lo anterior y atendiendo a los arts. 16 y 34 de la Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales, solicitamos que se nos proporciones una evaluación de riesgos de los puestos del Call Center ocupadas por tele-operadores y programadores de alarmas”.

Ante la falta de respuesta por parte de la empresa, y ante lo que nosotros entendimos que era una dejación de funciones por parte de los responsables en esta materia, el pasado mes de julio formalizamos una denuncia ante la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Madrid.



Nos hubiese gustado que un equipo o un grupo de trabajo de compañeros de KONE, formado por  técnicos, ingenieros y expertos en el sistema de alarmas (personal de programación, instalación y mantenimiento de las mismas) iniciaran un proceso de colaboración para investigar por qué otras empresas de la competencia no tienen este problema y, sin embargo, los compañeros del call center de KONE sufren a diaria esta situación y , CÓMO PODER EVITAR QUE ESOS RUIDOS LLEGUEN HASTA LOS TELÉFONOS del call center. Sin embargo, nuestras quejas y todo lo que explicamos durante meses a los responsables de seguridad y salud de nuestra empresa NO FUE SUFICIENTE. Más allá de subir y bajar el volumen o de ver si da tiempo a apartar el auricular del teléfono o los cascos de los oídos, lo cierto es que –a nuestro juicio- no se inició ninguna medida  dirigida:
          1º. A identificar el problema (por eso existió una tajante negativa a efectuar mediciones)
         2º. A resolverlo (por eso no se efectuó ninguna consulta a los expertos en este tema de los que, sin duda, KONE dispone en su plantilla).

Bueno… esto es así, salvo que hayan efectuado importantes esfuerzos que no hayan puesto en nuestro conocimiento ni tampoco en conocimiento de la inspección de trabajo.

El Inspector de Trabajo y Seguridad Social, tras la reunión mantenida el pasado 22 de agosto, ha requerido a la empresa para que:
-          Efectúe una evaluación de los puestos de oficinas de KONE ELEVADORES.
-          Efectúe, específicamente, una evaluación de los puestos del Call Center que incluya una medición de los “pitidos” causados por las alarmas que llegan hasta los teléfonos de los teleoperadores desde las cabinas de los ascensores (sistema bidireccional).
-          En la próxima reunión del Comité de Seguridad de Madrid, que deberá celebrarse el próximo mes de octubre, se determine el modelo a seguir para una inmediata realización de una evaluación de riesgos psicosociales que deberá realizarse también, de manera específica en el Call Center.

El plazo establecido por el inspector fue el pasado lunes 22 de septiembre y, justamente ese día se efectuó un primer intento de realizar las mediciones de ruidos pero no fue posible por problemas técnicos. Lo cierto es que “se cayeron los teléfonos” y, por primera vez en años, no “entraban las llamadas de los clientes por los teléfonos de AVAYA”. Realmente creemos que fue una casualidad, porque los días anteriores  había habido problemas en otros sistemas y –según se nos indicó - el fallo de los teléfonos se produjo a nivel internacional.

Las mediciones se efectuaron al día siguiente (el martes 23 de septiembre), en presencia de dos representantes de CCOO y uno de UGT. Nos consta que había irregularidades en la entrada de llamadas pero de esto nos enteramos posteriormente por los compañeros. De hecho, sabemos que, tras finalizar las mediciones de la mañana, se procedió al “reseteo” del sistema y entraron un importante número de llamadas incrementando así el volumen de las mismas de manera más que notoria (algo que se apreció en la pantalla del Call center, donde comenzaron a reflejarse las llamadas en espera que hay habitualmente otros días en estos horarios).

Las mediciones se efectuaron en una segunda tanda también a primera hora de la tarde. Aunque no es habitual, en el momento de las mediciones, ni por la mañana ni por la tarde había alarmas enganchadas.

Actualmente estamos pendientes de a valoración por el inspector de los resultados de las mediciones, que no se nos han notificado por la empresa.

Llegados a este punto, si no ha coincidido una alarma que sobre pase los límites que dice la ley porque, casualmente, no ha saltado en las 6 o 10 mediciones que se han hecho, ¿se conformarán los responsables de seguridad y salud sin buscar una solución a un problema cuya existencia nadie ha cuestionado? Los compañeros han manifestado el daño que estos ruidos les están ocasionando y nadie –ni siquiera la empresa- ha puesto en duda que se trata de un ruido estridente, inesperado y que causa importantes perjuicios a los teleoperadores en el desarrollo de sus funciones.

Hemos puesto de manifiesto a los responsables en esta materia y también al jefe de RRLL que nuestra pretensión nada tiene que ver con causar ningún perjuicio a la empresa. No pretendemos que se imponga ninguna sanción a KONE y por ello esto no ha sido solicitado en la denuncia a inspección. Nuestro objetivo es claro: QUE SE INICIEN  LAS INVESTIGACIONES CORRESPONDIENTES POR PARTE DE LOS COMPAÑEROS ESPECIALIZADOS EN EL SISTEMA DE ALARMAS PARA IDENTIFICAR EL PROBLEMA Y BUSCARLE UNA SOLUCION.

Además de los dolores de cabeza y de cervicales, debemos destacar que las alarmas son  un importante factor generador de estrés. Uno de los motivos por los que las evaluaciones de riesgos adquieren especial relevancia durante los últimos meses es que, cada vez con más intensidad, KONE pretende priorizar la “capacidad para soportar el estrés” como una de las “cualidades” que deben desarrollar los trabajadores.


En contra de esta idea, los delegados de CCOO Y QUIENES CONOCEN LA MATERIA DE RIESGOS PSICOSOCIALES entienden que los trabajadores han de desarrollar sus funciones con ABSOLUTA NORMALIDAD y en puestos de trabajo que CUMPLAN CON LOS LÍMITES correspondientes en materia de riesgos laborales. Así, es responsabilidad de la empresa minimizar las situaciones de estrés que sean innecesarias, especialmente en puestos de oficinas donde no existen factores externos que resulten incontrolables e impredecibles (máxime cuando se trata de administrativos a los que se les reconocen sólo las categorías más bajas relacionadas en los convenios) y de operarios que no están (conforme a la legislación aplicable) en “puestos de responsabilidad”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario